Los calefactores a leña ofrecen un calor intenso, constante y de bajo costo operativo, ideal para zonas frías o casas grandes donde el gas o la electricidad son muy caros. A diferencia de los eléctricos, no dependen de la red, y frente a los de gas, no generan gasto mensual si tenés acceso a leña. Además, muchos modelos funcionan como hogar decorativo, aportando ambiente cálido y estética rústica. Son muy usados en casas de montaña, quintas o viviendas del interior, y con buen diseño pueden calentar hasta 200 m² o más.